el tiempo no es sinonimo de olvido, sólo a veces,

dulce trilogía
cuento 3


CUANDO


COM-
PREN-
DIERON



La claridad de aquella noche,
hacia relucir cada rincón del lugar,
haciendo aun mas hermoso el paisaje.

Allí ,
en medio de ese gentío ,
de pronto encontró su mirada, con ella se besaron y se amaron, una leve sonrisa se dibujo en su rostro , un pequeño beso tirado al aire y la complicidad de sus miradas le hizo comprobar, que a pesar de la ausencia, la pasión y el fuego que sentía al verla aún existían, aunque sus brazos, sus besos fueran de otra, su corazón, su aroma, sus recuerdos, nunca habían dejado de añorarla, de quererla, de desearla.

Un escalofrío le recorrió, cuando la vio acercarse , porque sabía que frente a ella su voluntad era nula no podía no mirarla a los ojos y decirle te amo, frente a ella no tendría fuerza para resistir las ganas de robarle un beso, así que se encuclillo , para tomar aire, resignándose a la espera del encuentro.

Sin embargo esta vez ella sin decir nada , tendió su mano, caminaron bajo la luna ,testigo de lo por acontecer ,en aquel lugarcillo de siempre , le tendió sobre la cama, sus pálidas sábanas se sonrojaron al ver y disfrutar, cada movimiento de placer que sus desnudos cuerpos dejaban escapar, entregados al bello lenguaje del amor, se embriagaron con este y sin darse cuenta, el mundo no giro para ellos, por varias horas, la noche fue eterna, los momentos placenteros, inolvidables y el sabor de sus ansiosos cuerpos fue sublime.

El sudor a flor de piel, era evidencia clara, de todo el calor que este encuentro les provocaba, sintieron sed, la saciaron con besos, y mas besos, ella mojaba sus labios, y rozaba los de el, humedeciendo y apaciguando su sed a medias, dejando el gustito a lo por venir, todo eso le provocaba unas ganas incontrolable de sentirla , necesitaba mas, estaba enloqueciendo al deseo que esta seducción le brindaba, quería sentirla cerca ,sobre él, a su lado , atrás, dentro.

Le invadió una necesidad loca de poder abrazarla con tanta pasión , con tanta fuerza que sus cuerpos se fundieran, y así poder bailar a la misma melodía, danzar al mismo ritmo, fue exactamente lo que hizo, cuando sin darse cuenta se vio, deslizando suavemente sus dedos, recorriendo, explorando su cuerpo, moldeándolo , recordando esa geografía que aún le quemaba las manos, con el mismo fuego , y con el mismo deseo enorme de tenerla una y mil veces, así , como en este momento, donde la veía vulnerable, entregada, gozando, sintiendo, disfrutando, nadando en la humedad del placer , que les decía que todo era producto de este amor.

Miles fueron los te amo ; ya no dichos al aire, sino susurrados al oído,
unos te amo húmedos,
escritos con la punta de su lengua en su pecho,
y con la convicción ,de que ,....
en esta historia ........... el final no estaba escrito.

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