LA

MAGIA

DE

UN

RECUERDO

Paso el tiempo y no alcanzo a percibirlo, pasó la magia y no alcanzo a detenerla, paso la aurora y no logro darse cuenta que el día nacía, partió su amor y no captó el momento exacto en que ocurrió, solo lo comprendió cuando sintió la humedad de una lágrima correr por su pecho, y entendió que su corazón vacío, triste, desilusionado, era el que lloraba. Enmudeció al grito desgarrador de su corazón y comprendió que el último hilo de aquel amor que aun existía, comenzaba a flaquear, estaba cediendo y el desprendimiento era inminente.

Aunque la ausencia, el silencio de todo este tiempo, no logró explicarle, no logró darle a entender, ni logró responderle como ese amor que en algún momento la llenó de alegría, le dio consuelo, él que le proporcionaba estabilidad , se fue perdiendo en el tiempo, en el desencanto, en la rutina, en el aire, consumiéndole el oxigeno necesario y vital, hasta dejarla en una apacible agonía, tranquila y calmada, la que fue apoderandose de cada uno de sus sentidos, aquellos que alguna vez la guiaron en su vivir.

Su vida en estos días se había convertido en solo un ir y venir, pasear y correr, detenerse y avanzar, no ir de aquí, ni venir de allá, ya no vivía, solo existía en este espacio creado para ella, donde una vez hubo lugar para otro.

El viento se fue y con él la sensación de frescura, de movimiento, y sobre el río nacido de sus lagrimas, navegó sin rumbo, sin saber por donde empezar y hacia donde ir, el resplandor lejano que se divisaba a sus espalda, era la luminosidad que se desprendía del yacer de un pensamiento, del yacer de una sensación de añoranza, plasmado en letras y rebosando cariño.

El resplandor de ese pensamiento le hizo comprender que no estaba sola , se volteo y a partir de ahí, , encontró su rumbo, pudo reinventarse y entendió que este periodo de tiempo, doloroso, cruel, sin sentido…fue necesario.

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