UN

DULCE

INSTANTE







El frío de la noche penetraba
directamente en los huesos,
pero siguió caminando con rumbo desconocido, quería encontrar en algún lugar, el calor de sus recuerdos, o el tenue aroma de su presencia, o quizás, algo que le hablaran de ese amor de antaño que había estado guardado por tiempo y ésta noche, había tomado vida propia. y ella no podía controlarlo. O tal vez, ya no quería seguir mintiéndose, necesitaba sentirlo, revolcarse en el, o sentir aunque fuera el dolor de no tenerlo.

Esa tarde pudo oír el desgarrador quejido de ese amor, cuándo por casualidad se encontró leyendo los poemas donde fue su musa, su vida, su todo. La impotencia la recorría al recordar cuando decidió poner distancia entre ellos para sacarlo de su mente, sin embargo hoy estaba ahí, como antes, sintiendo cuanto lo quiso y sintiendo cuanto dolió todo.

En esos momentos sólo quería, descansar y cobijarse, sentirse vulnerable entre sus brazos, disfrutar ese instante cuando se quedaba dormida y el la tomaba y la llevaba a la cama, la arropaba y permanecia con ella hasta el amanecer.

Luego de un par de horas, meditando, recordando, entendió dulcemente, todo lo que había llegado a amarlo y comprendió....................... que él aun estaba en sus recuerdos.